
Conectar un puerto USB o un disco duro externo debería ser tan simple como «enchufar y listo». Sin embargo, la frustración llega cuando el ordenador no reconoce el dispositivo, impidiéndote acceder a tus archivos importantes.
Ahora, no te preocupes, ya que en la mayoría de los casos, este problema es una falla menor de configuración o de hardware que puedes resolver fácilmente.
El diagnóstico básico: ¡Cambia de puerto o cable!
Antes de entrar en pánico, prueba estos simples pasos:
1-Prueba con otro puerto USB:
Un puerto USB dañado, sucio o con poca potencia es la causa más frecuente del fallo. En este caso, solo conecta tu dispositivo a un puerto diferente del ordenador. Parece sencillo, pero a menudo es la solución.
2-Revisa el cable o adaptador (discos externos):
Si estás usando un disco duro externo, el cable podría estar deteriorado o no hacer buen contacto. Por ende, sustituirlo por uno compatible o probar con otro adaptador USB-C (en portátiles modernos) descartará este problema rápidamente.
Detección avanzada: ¿Está el dispositivo conectado realmente?
Que el dispositivo no aparezca en el explorador de archivos no significa que el sistema operativo no lo haya detectado.
En Windows (Administrador de Discos)
- Accede al “Administrador de discos” (puedes buscarlo en el menú de inicio).
- Busca tu unidad USB o disco externo en la lista de unidades conectadas.
- Si aparece, pero sin letra asignada: ¡Bingo! Este es el motivo por el que no es visible en el “Explorador”.
- Haz clic derecho sobre la unidad, selecciona «Cambiar letra y rutas de acceso de unidad» y asígnale una letra. El dispositivo debería aparecer de inmediato como cualquier otra unidad.
En macOS (utilidad de discos)
- Abre la opción “Utilidad de discos” (lo encuentras en “Aplicaciones”/”Utilidades”).
- Verás si el dispositivo está listado, aunque no se muestre en el Finder.
- Montaje Manual o Reparación: Desde este menú, puedes intentar montar la unidad manualmente. Si hay errores, usa la opción “Primera ayuda” para intentar reparar la unidad y que vuelva a funcionar con normalidad.
En conclusión, siguiendo estos pasos, en la gran mayoría de los casos, tu memoria USB o disco externo volverá a ser accesible en segundos. Recuperar tus archivos importantes no tiene por qué ser un dolor de cabeza.
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(S.M.C)